Fuente: foodretail.es

La compra online se ha convertido, en estos dos últimos años, en la norma y en 2022 promete seguir esta tendencia. Según la agencia EXE, a finales de 2021 los españoles gastaron de media 2.336 euros en e-commerce, el 11% más que en el año anterior, pero sus previsiones marcan un crecimiento de entre el 30% y el 50% para este año.

Todo esto, sin desmerecer a la tienda física, que seguirá jugando un papel clave en el nuevo contexto omnicanal, con estudios recientes que demuestran un aumento en el interés de los compradores en volver a los comercios. La suma de un mercado cambiante y los nuevos contextos sociales entrañan un nuevo desafío: el de poder responder a situaciones totalmente inesperadas a las que los retailers deben adaptarse de forma inmediata.

Esta agilidad requerida se ve limitada, en muchas ocasiones, por la existencia de tecnologías antiguas, incapaces de ofrecer a los minoristas la velocidad necesaria para seguir el ritmo de las innovaciones y de los cambios del entorno, señala la plataforma omnicanal Openbravo.

En este sentido, surge la modularidad, que es la capacidad de las soluciones tecnológicas para ser adaptadas de manera flexible según las necesidades del negocio y al ritmo que necesite, se posiciona como una solución que ofrece un nivel de «flexibilidad funcional y técnico» que permite la adaptación a distintos escenarios y una reacción rápida a posibles imprevistos, indica esta firma.

La modularidad es uno de los bloques clave del concepto Composable Business introducido por Gartner. Una forma acelerada de un negocio digital que requiere de la adopción de soluciones más granulares que permitan a las organizaciones ser más rápidas para moverse y responder al cambio. Según el propio Gartner, en 2023, las organizaciones que hayan adoptado este modelo superarán a la competencia el 80% en la velocidad de implementación de nuevas funciones. Una ventaja fundamental para apoyar también una mayor resiliencia en las operaciones.

Beneficios de la modularidad

La modularidad ofrece cuatro ventajas claras:

  1. Mayor escalabilidad. A través de la adopción de un software modular, la empresa solo incorpora aquellas aplicaciones o funcionalidades que necesita en un momento determinado y puede decidir extenderlas o reducirlas con el paso del tiempo. De esta forma, las organizaciones consiguen una mayor flexibilidad y potencialmente reducir los costes iniciales, un beneficio muy interesante, por ejemplo, para minoristas en proceso de rápido crecimiento.
  2. Mejor experiencia de compra. La modularidad se está convirtiendo en esencial por el aumento exponencial de la complejidad de los escenarios de compra, con la aparición, cada vez más frecuente, de nuevos canales, métodos de entrega o formas de pago, como el caso del BNPL (Buy Now Pay Later). En estos casos es fundamental adoptar una solución que permita adaptarse a todos ellos en la forma y velocidad que requiere el negocio.
  3. Mayor capacidad de innovación. Un sistema modular brinda la oportunidad de innovar más y más rápidamente, facilitando la ejecución de pilotos que minimizan el riesgo de la inversión y asegurando la evolución futura del sistema.
  4. Mayor competitividad. El nivel de flexibilidad funcional y técnico que otorga la modularidad, permite que el retailer pueda adaptarse a distintos escenarios y, por lo tanto, reaccionar de modo rápido ante situaciones imprevistas. En un mercado que obliga a los minoristas a buscar una mayor diferenciación a través de la innovación, esta característica les permite ser más competitivos dentro de un contexto en continuo cambio.